La marcha romana en la ciudad de Tesalónica comenzó en el 168 a.C. cuando el general romano Lucio Emilio Paulo derrotó al rey de Macedonia Perseo.
Así, Tesalónica se convirtió en la capital de la segunda región administrativa romana de Macedonia. Se construyó la Vía Egnatia, que unía el Adriático con el estrecho de los Dardanelos y Asia Menor, de modo que pasó a ser el centro político, comercial y militar. La Tesalónica romana también se topó con el apóstol Pablo en el 50 d.C. y sus enseñanzas dieron su fruto con el posterior nacimiento de la comunidad cristiana de la ciudad. Las dos Epístolas a los tesalonicenses son los escritos más antiguos del Nuevo Testamento.
Durante el mandato del césar Galerio Maximiano se levantaron magníficos edificios que aún se conservan íntegra o parcialmente en la actualidad y que tendréis la oportunidad de admirar si seguís este itinerario.